..Día 12 de marzo. En otras comunidades autónomas ya estaban confinados.  La actividad docente presencial había sido paralizada y reemplazada por la docencia telemática.

Ya se respiraba un aire raro y teníamos el presagio que también en Andalucía nos iba a tocar. Y así fue. El día 14 de marzo se decretó el estado de alarma y de la noche a la mañana, miles de docences y estudiantes nos vimos en casa implantando la docencia telemática.

De un plomillazo, todos los proyectos que teníamos pendientes se desvanecen. Los docentes nos vemos inmersos en el caos, sin ningún tipo de recursos, sólos, cada uno haciendo lo que podía desde su casa para poder llegar a todos sus grupos de alumnos y alumnas.

Recuerdo esos primeros terribles días con muy mal sabor de boca. No sólo tenía que telebrabajar, también tenía que enfrentarme a otra realidad: la de la conciliación familiar.

Por otro lado, cada vez que pensaba en mis alumnos tenía la sensación que algo más podía hacer para que no se desconectaran de la materia y fue ahí cuando vi la luz: ¿y si les grabo un vídeo y les voy contando alguna historia? Quizá así ellos también me devulevan el suyo y sea una manera más dinámica de trabajar.

Para mi no tenía sentido enviarles «deberes» y no tener contacto con ellos. 

Me negaba a que la comunicación con ellos se basara en escribirles un correo electrónico o en devolverles la corrección de alguna actividad con una nota. Me parecía algo frío y distante.

Así que una tarde me dispuse a grabarles un vídeo. Quería hacer algo que sirviera para trabajar la comprensión oral y a la vez, para que ellos también trabajaran la expresión oral.

He de decir que los primeros vídeos los grabé sin material, no sabía editar, no tenía medios, sólo la motivación y las ganas de  que el mensaje les llegara con el fin de sacarles una sonrisa y que vieran que no estaban solos.

¡Cuál fue mi sorpresa cuándo ellos me devolvieron la expresión oral en el mismo formato jocoso que yo les había hecho el mío!

Y ahí empecé a grabar, primero con el móvil, luego con cámara y trípode y actualmente tengo mi equipo de grabación con mi trípode, mi cámara y mi micrófono. Estoy aprendiendo a editar vídeos, me estoy reciclando  y formando en metodologías para seguir fomentando la comprensión oral y la expresión oral. Ahora estoy preparando nuevo material para el próximo curso. Hay mucho de audiovisual en él.

Entre tanto cambio, hay una novedad que es la que llamo  «Elisa Journaliste»: se trata de unos vídeos en los que, a través de la voz de objetos, trato temas de actualidad, temas que salen dentro del aula para generar debate. Entonces pensé, ¿Por qué no grabar pequeñas comprensiones orales, en un formato sencillo, utilizando un francés más comprensible y que pueda llegar a todo aquel y aquella que sea estudiante de F.LE.? En este tipo de vídeos, la intención primera es facilitar un lenguaje comprensible o C.I. a todos. Del lenguaje comprensible hablaré próximamente, ya que es lo que me ha hecho plantearme tanto cambio. De modo que, estos vídeos están integrados en mis clases, para trabajar la comprensión oral, reflexionar sobre la actualidad y poder expresar nuestra opinión

Sin duda, el confinamiento no sólo nos ha cambiado la vida, sino que también me ha generado otra visión de la docencia en la que, cada docente puede ser una mejor versión de si mismo.

Os dejo algunos vídeos. Debo reconocer que tienen bastante fallos ya que cuando empecé a grabarlos quizá no era consciente de lo que hacía. Aún así me hace ilusión compartirlos con más gente.

Espero que os gusten y que sean de utilidad.

Bisous!